La comunicación política ha experimentado transformaciones profundas y multifacéticas a lo largo de las últimas décadas. Con el advenimiento de nuevas tecnologías y cambios en la estructura social, la manera en que los políticos se comunican con el público ha evolucionado significativamente. Este artículo se basa en el análisis de Jay G. Blumler y Dennis Kavanagh en “The Third Age of Political Communication: Influences and Features” (1), que examina cómo la comunicación política ha cambiado en las democracias postguerra, especialmente en contextos angloamericanos, aunque sus hallazgos son aplicables a diversas democracias contemporáneas.
La Primera Edad: dominio de las instituciones políticas
La primera edad de la comunicación política se caracterizó por el predominio de instituciones políticas sólidas y una cultura política estable. En las dos primeras décadas después de la Segunda Guerra Mundial, los partidos políticos eran las principales fuerzas que articulaban y mediaban los debates sociales. La lealtad partidaria era fuerte, con votantes que generalmente mantenían una identificación firme y duradera con un partido político.
Esta fase se caracterizaba por una comunicación política que estaba subordinada a instituciones políticas robustas, donde los mensajes eran principalmente sustantivos y enfocados en los cambios que los líderes políticos querían implementar y los principios que los distinguían de sus oponentes.
Los medios de comunicación durante esta época, principalmente prensa escrita y radio, actuaban como transmisores de mensajes políticos sin cuestionar su contenido en gran medida. La cobertura mediática estaba orientada a informar sobre políticas y programas gubernamentales, y los periodistas mantenían una relación de respeto y deferencia hacia los políticos y las instituciones políticas. Este período también se caracterizó por una alta participación ciudadana en la política, con niveles elevados de voto y militancia partidaria.
La Segunda Edad: profesionalización y adaptación a la televisión
La segunda edad de la comunicación política, que comenzó en la década de 1960, fue impulsada por la aparición y consolidación de la televisión como el medio de comunicación dominante.
La televisión, con su capacidad para llegar a una audiencia masiva y su formato visual atractivo, transformó la forma en que los políticos se comunicaban con el público.
La política se volvió más mediática y personalizada, y los partidos políticos comenzaron a profesionalizarse, empleando expertos en comunicación y marketing para diseñar y difundir sus mensajes.
Durante esta etapa, la lealtad partidaria comenzó a disminuir, y los votantes se volvieron más abiertos y receptivos a diferentes enfoques y mensajes políticos.
La comunicación política se volvió más orientada a corto plazo, influenciada por eventos noticiosos y los éxitos y fracasos inmediatos de los gobiernos.
El estilo de comunicación se volvió más teatral y menos sustantivo, con una mayor atención a la imagen y la presentación que al contenido de los mensajes.
Los debates televisivos, las conferencias de prensa en vivo y los spots publicitarios se convirtieron en herramientas esenciales para los políticos. Además, la televisión contribuyó a la aparición de una política de espectáculo, donde los eventos políticos eran diseñados para atraer la cobertura mediática y captar la atención del público.
La Tercera Edad: abundancia de medios y diversificación centrífuga
La tercera y actual etapa de la comunicación política está marcada por la abundancia de medios de comunicación y la diversificación de las formas en que las personas reciben y procesan la información política.
La proliferación de canales de televisión, estaciones de radio y la digitalización de las señales ha creado un entorno mediático fragmentado y acelerado.
Esta era está caracterizada por cinco tendencias principales:
- Imperativos de Profesionalización Intensificada: En la tercera edad, los políticos dependen cada vez más de profesionales en comunicación para gestionar su imagen y mensajes. Los estrategas de campaña, consultores en relaciones públicas y expertos en medios digitales juegan un papel crucial en la planificación y ejecución de las campañas políticas.
La comunicación política se ha convertido en una disciplina altamente especializada, donde cada detalle es cuidadosamente diseñado y controlado para maximizar su impacto. - Aumento de la Competencia: La competencia entre diferentes medios de comunicación ha llevado a una mayor presión para mantener el flujo de noticias y encontrar nuevos ángulos. Los medios tradicionales, como la televisión y la radio, compiten con plataformas digitales y redes sociales para captar la atención del público. Esta competencia ha resultado en una cobertura mediática más sensacionalista y fragmentada, donde las noticias son seleccionadas y presentadas en función de su potencial para generar tráfico y atraer espectadores.
- Populismo Anti-Elitista: La comunicación política ha adoptado un tono más populista, buscando conectar con las preocupaciones y emociones del público. Los políticos utilizan un lenguaje sencillo y directo, evitando los tecnicismos y las complejidades que podrían alejar a los votantes.
El populismo anti-elitista se manifiesta en un rechazo a las élites políticas y mediáticas, y en una apelación a la “gente común” como fuente de legitimidad política. - Diversificación Centrífuga: La comunicación política se ha fragmentado, adaptándose a diferentes identidades y gustos, reduciendo el tamaño de la audiencia masiva. Las campañas políticas están diseñadas para dirigirse a nichos específicos de votantes, utilizando mensajes personalizados y segmentados. La diversificación centrífuga ha resultado en una mayor polarización política, donde diferentes segmentos del público reciben información diferente y, a menudo, contradictoria.
- Cambios en la Recepción de la Política: Las personas reciben la política de manera más fragmentada y diluida, a menudo a través de una mezcla de entretenimiento e información. Las redes sociales, los blogs y los sitios de noticias en línea han cambiado la forma en que las personas consumen información política. La política se ha convertido en una parte de la cultura popular, donde los eventos políticos son comentados y discutidos junto con las noticias de entretenimiento y celebridades.
Impacto de la Era Digital en la Comunicación Política
La era digital ha introducido cambios profundos en la comunicación política, transformando tanto las estrategias de los políticos como las expectativas de los votantes. Las redes sociales, en particular, han jugado un papel crucial en esta transformación. Plataformas como Facebook, Twitter, Instagram y YouTube permiten a los políticos comunicarse directamente con el público, sin la mediación de los medios tradicionales. Esto ha democratizado la comunicación política, permitiendo a los candidatos menos conocidos y a los movimientos sociales emergentes ganar visibilidad y apoyo.
Las redes sociales también han permitido una mayor interacción entre los políticos y los ciudadanos. Los votantes pueden comentar, compartir y discutir los mensajes políticos en tiempo real, creando un diálogo continuo y bidireccional.
Sin embargo, este entorno también ha facilitado la propagación de desinformación y noticias falsas, lo que ha planteado nuevos desafíos para la integridad del proceso democrático.
La personalización de los mensajes políticos ha sido otra consecuencia importante de la era digital.
Esta micro-segmentación permite a los políticos adaptar sus mensajes a las preocupaciones y prioridades de cada grupo, aumentando la eficacia de sus campañas. Sin embargo, también ha contribuido a la fragmentación del discurso público y a la polarización política.
El Papel de los medios en la Tercera Edad
En la tercera edad de la comunicación política, los medios de comunicación juegan un papel crucial en la configuración de la agenda política y en la interpretación de los eventos políticos. Los medios tradicionales, como la televisión y la prensa escrita, continúan siendo influyentes, pero su papel ha sido complementado y, en algunos casos, desafiado por los medios digitales y las redes sociales.
La relación entre los políticos y los medios de comunicación se ha vuelto más compleja y adversarial. Los políticos intentan controlar la narrativa mediática y utilizar los medios para difundir sus mensajes, mientras que los periodistas investigan y cuestionan las acciones de los políticos. Este equilibrio de poder ha resultado en una cobertura mediática más crítica y escrutadora, donde los escándalos y las controversias reciben una atención desproporcionada.
La velocidad de las noticias en la era digital ha cambiado la dinámica de la comunicación política. Las noticias se difunden instantáneamente, y las reacciones y respuestas son rápidas y, a menudo, impulsivas. Esto ha llevado a una política más reactiva y menos deliberativa, donde las decisiones se toman en función de la cobertura mediática y la opinión pública inmediata.
Conclusión
La evolución de la comunicación política en la era digital presenta tanto oportunidades como desafíos. La abundancia de medios y la diversificación de las formas de comunicación han democratizado el acceso a la información y han permitido una mayor participación ciudadana. Sin embargo, también han planteado nuevos desafíos para la integridad del proceso democrático, incluida la propagación de desinformación y la polarización política.
En este contexto, es crucial que los políticos, los medios de comunicación y los ciudadanos desarrollen nuevas habilidades y estrategias para navegar por las complejidades de la comunicación política moderna. La investigación continua y la adaptación son esenciales para comprender y enfrentar los desafíos de la tercera edad de la comunicación política. Solo a través de un compromiso con la transparencia, la integridad y la inclusión podemos asegurar un futuro democrático vibrante y resiliente.
Este artículo destaca la importancia de la evolución de la comunicación política y proporciona una base sólida para entender las dinámicas cambiantes de la política en la era digital. La interacción entre políticos, medios de comunicación y ciudadanos continuará evolucionando, y es fundamental seguir investigando y adaptándose a estos cambios para fortalecer nuestras democracias.
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(1) Blumler, J. G., & Kavanagh, D. (1999). The Third Age of Political Communication: Influences and Features. Political Communication, 16, 209–230.